Nací en un pueblito llamado Caja Seca, perteneciente al estado Zulia en Venezuela. Crecí rodeada de un gran lago, ríos, montañas y cañaverales, en una casa llena de plantas cuyas paredes fueron mi primer lienzo. Desde muy pequeña amaba dibujar y pintar; admiraba el buen gusto de mi mamá para llenar de estética los espacios de aquella casa con los pocos adornos y arte que teníamos -algunos hechos incluso por ella misma- y heredé de ella la curiosidad y el empuje para hacer las cosas.

 

Crecer en ese pueblito fue como crecer en un lugar encantado, con montañas en verdes degradé y árboles de todo tipo de frutas, aves y flores hermosas. Con araguaneyes y apamates que están florecidos prácticamente durante todo el año. Fue ahí donde inició mi historia como ilustradora, que continuó en la ciudad a donde me vine a buscar oportunidades en pro de mi superación personal y  profesional, Caracas.

Sintiéndome como una inmigrante en mi propio país, surgió esa necesidad de traer conmigo toda esa naturaleza llena de colores y alegre que había dejado atrás, y conseguí en el diseño el por qué aquellas habilidades que había desarrollado de niña me habían perseguido siempre. Hasta que finalmente di con la Ilustración Digital y decidí especializarme en moda y creación de patrones para estampado textil.

 

A través del diseño gráfico y la ilustración digital para moda logro integrar ese amor por el arte, la elegancia, la universalidad, la modernidad y la nostalgia de mi tierra que me han ayudado a convertirme en la artista de la ilustración que soy hoy en día, dándole a mi trabajo una firma propia de sofisticación y estética.